29 agosto 2014

Proyecto Casa de Muñecas. Conclusión.

La instalación me decepcionó un poco. El resultado daba la sensación de que los muñecos habían invadido la casa, no de ser una "Casa de Muñecas". No estaba a la altura de mis expectativas... y no dejaba de ser el salón de mi casa. Pero tenía que intentarlo, e hice algunos hallazgos; de modo que si volviera a repetirlo sabría qué elementos funcionan juntos y cómo hacer sitio a los muñecos.

Con el proyecto en general estoy bastante satisfecha. En la experimentación he probado muchas cosas, he puesto alambres, gomas y pegamento; he hecho zapatos, he teñido cabelleras y maquillado cuerpos, y hasta he sacado moldes de los muñecos... Siempre se puede hacer más, y me habría encantado poder modelar piezas a mi gusto y ensamblar muñecos más complejos o más grandes. En cuanto a la fotografía, es el mejor registro de mi trabajo y creo que he conseguido crear imágenes efectivas con medios muy limitados (pañuelos, tapetes y lámparas de mesa).

En el futuro me podría plantear hacer un stop-motion. Estos muñecos tienen bastante personalidad y serían buenos personajes para una animación. En este verano, trabajando sola y con poco más de un mes de tiempo, me era imposible.

También me he planteado, aunque suene a broma, crearle una cuenta de Facebook a Lolita en la que publicar sus fotos. Y ver cómo reacciona la gente. No sé si para Lolita supondría una forma de tener popularidad o una forma más de explotación. En ese caso, yo sería una especie de "chulo" que comercia con fotografías perversas. Pero son sólo remordimientos que me asolan a veces, y temo que se mueva y venga de noche a mi habitación a vengarse por lo que le he hecho...

Volviendo al tema, creo que he conseguido herramientas para continuar con esta línea de trabajo en el futuro. Los muñecos, maniquíes y marionetas siempre me han gustado, y voy a continuar recolectando muñecas rotas y utilizándolas de un modo artístico, lúdico o decorativo. Cuando empecé tenía un entusiasmo intelectual militante y sentía que mis muñecos iban a revolucionar los cánones estéticos. A medida que iba jugando con ellos, me fui encariñando cada vez más con sus caprichosas formas y ahora los veo desde un punto de vista más cercano. No son máquinas de guerra... son sólo muñecos.







Bibliografía


  • Pilar Pedraza: Máquinas de amar. Secretos del cuerpo artificial. Editorial Valdemar, Madrid, 1998.
  • Hans Bellmer: Anatomía de la imagen. Ediciones La Central, Barcelona, 2010.
  • Henrik Ibsen: Casa de muñecas. Ed. Alba, Madrid, 1996.
  • Vladimir Nabokov: Lolita. Unidad Editorial, Madrid, 1999.

Filmografía


  • "Lolita", Stanley Kubrik (1962)
  • "Lolita", Adrien Lyne (1997)
  • "Jabberwocky", Jan Svankmajer (1971)
  • "Tamaño natural", Luis García Berlanga (1973)


Proyecto Casa de Muñecas. Instalación.

La idea inicial de este proyecto era montar una instalación con los muñecos simulando una casa de muñecas. Habría muebles de época, de tamaño natural, sobre los que dispondría a los muñecos y entre los que el espectador podría caminar y sentarse. Habría algunos elementos de atrezzo para completar la escenografía: vajilla usada, carteles, fotos de familia, incluso música... Quería crear un espacio que envolviera al espectador y con el que pudiera interactuar. Quería crear la ilusión de que la "casa de muñecas" estaba viva, es decir, que ellos realmente vivían allí y eran capaces de moverse cuando no había nadie mirando. Asimismo, había proyectado reservar una zona para "taller", es decir, lo que sería mi mesa de trabajo; para que los visitantes pudieran jugar ellos también a crear muñecos alternativos.

Así es que empecé a enmarcar las "fotos de familia". Imprimí las fotografías que más me gustaban de los artistas que me han influido y las monté en los marcos que había por casa. Estas fotos se colocarían en las paredes y en mesitas, de modo que fueran los tíos y primos de mis muñecos. Esta labor habría sido mucho más costosa si no me hubiera ayudado mi madre.

A lo largo del proyecto dediqué mucha atención a la fotografía, hasta el punto de que diría que es tan importante como la labor manual. Realicé sesiones de fotos de "la parejita" y de Lolita, y también fotografías que llamo "de postalita", combinando los muñecos con elementos decorativos y una iluminación más cuidada. Llegué a plantearme que las fotografías fueran lo único que mostrara del proyecto. La razón para esto era que las imágenes contienen la posibilidad de que el muñeco tenga vida, le confieren una postura y una iluminación, un sentimiento, en definitiva. En cambio, al verlos físicamente, es indudable que son objetos sin vida. Temía que montar la instalación equivaliera a "matar" a los muñecos.

Con todo, decidí intentarlo, porque hay que arriesgarse para progresar; y utilicé los medios que tenía a mano: el salón de mi casa. No podía conseguir un espacio propio, pero confiaba en que la decoración del salón ayudara a crear ambiente.

Así es que colgué las fotos y coloqué a los muñecos en mesas y estanterías. La muñeca atada con lana quedó colgada de la lámpara, y su compañera Barbie, crucificada con celo en la pared. Hice una selección de las fotos de la parejita y las enmarqué en la pared; y escondí las fotos de Lolita en la novela que le dio nombre. A ella la senté cerca, con el maquillaje corrido. A la entrada, en la mesa del comedor, había emplazado el taller, con piezas de muñecos y herramientas para montarlos.

Durante todo este tiempo me había centrado mucho en los muñecos en sí; pero a la hora del montaje me di cuenta de que era igualmente importante cómo mis figuras interactuaban con el espacio y los muebles, y cómo podía intentar crear escenas.
























































Proyecto Casa de Muñecas. La parejita.


Desde el principio supe que iba a mezclar una Barbie con un Action Man para transexuarlos. Como este proyecto gira en torno a los roles de género, quería ver qué aspecto tenían los dos iconos mezclados. Hay que decir que estuve haciendo pruebas con distintas cabezas de muñeca antes de decidirme. Al hacerles fotos para comparar, me di cuenta de que parecían retratos, quiero decir, fotografías de personas de verdad. Empecé a ver que ciertos muñecos tenían personalidad propia y que podía llevarla a la vida mediante la fotografía.











Finalmente, los elegidos para el experimento fueron "la muñeca que hace abdominales" y "el militar serio". En cuanto perdieron las vestiduras, perdieron la cabeza el uno por el otro.









Ahora se quieren mucho, de hecho, los llamo "la parejita". Resulta tan paradójico verla a ella rodear con sus fuertes brazos los hombros de él, que siempre tiene un gesto tierno. La idea de fondo es el discurso sobre la performatividad del género, la independencia de sexo, sexualidad y género, en la línea de pensamiento de Judith Butler... pero, aunque esto pase desapercibido, tienen una imagen tan plástica que les hice toda una sesión de fotos. Algunas de ellas están enmarcadas en la casa de muñecas, al igual que muchas parejas felices se hacen fotos de estudio y las ponen en el salón o el dormitorio























He de confesar que mi favorito es él, con su cara impasible de hombre y ese cuerpo tan delicado de mujer. ¡Haz uno de tus gestos! ¡La cámara te adora!