Una de las cosas más auténticas del Child of Light es su estética. Uno tiene la sensación de estar dentro de una acuarela. Es maravilloso jugar sobre estos dibujos. Los personajes y escenarios están diseñados con dulzura, y combinan animación 3D (la figura de Aurora) con ilustraciones a lápiz y pastel (en los diálogos). La verdad es que no me alcanzan las palabras para describir la belleza estética del juego, así que mejor os pongo unas imágenes.
Como podéis ver, el juego es un regalo para la vista. Pero también lo es para el oído. La música, compuesta por Coeur de Pirate, es realmente bonita. Melodías de piano, cello, flauta y violín que crean una atmósfera de fantasía; y coros para los momentos de acción y batalla. Una banda sonora muy agradable, con unos temas que se van repitiendo y variando a lo largo de la aventura.
El argumento del juego no es nada complicado, una historia de buenos y malos, tú eres la princesa de la luz tienes que salvar al mundo de la oscuridad. A través de las dificultades de tu aventura y gracias a la ayuda de los amigos que irás haciendo, crecerás y conseguirás convertirte en una princesa de verdad. Al principio, mientras Aurora es niña, parece todo muy happy; pero a partir de cierto momento hay un giro argumental, empieza a morir gente y todo se vuelve más turbio. Claro que estas son las cosas que hacen crecer a Aurora, precisamente. Comienza siendo una niña que ha perdido a su papá, que no quiere que la llamen "princesa" y a la que la espada le viene grande, y termina siendo una mujer que libera a los lemurianos de la Reina de la Oscuridad. Me pareció muy bonito cómo maduraba, cómo lograba creer en su propio potencial y en el de sus amigos, y me encantó verla crecer a base de penurias y abandonos.
Las edades de Aurora
Ya tenemos los personajes básicos del cuento, la princesa y la reina malvada (protagonista y antagonista), pero eso no es todo lo que un cuento de hadas necesita. Aurora tiene un acompañante llamado Ignículus que es nada menos que un elemental de luz; y a lo largo del camino va conociendo a una serie de personajes muy variados que serán sus compañeros de aventura, con distintas habilidades para la batalla, y con distintas personalidades también. Después de ayudarlos con misiones secundarias, se unen al grupo. Es una gozada verlos hablar en verso, aunque a veces la rima sea un poco caprichosa, le da un toque muy dulce al juego. Me gustaban los diálogos de Rubella, la bufona fracasada, porque era incapaz de rimar y siempre terminaba las estrofas con la palabra equivocada. Antes de que el resto de personajes le corrigiera, yo siempre intentaba encontrar la palabra que rimaba (entraba en el juego de hablar en verso, por decirlo así). La verdad es que había muchos personajes femeninos fuertes. Las mujeres de Lemuria son poderosas y carismáticas.
Mecachis! No encuentro capturas de Rubella en español. Bueno, así os quedáis con ganas de jugarlo :)
Por último, algunos comentarios sobre el sistema de juego. Se trata de un juego de RPG, en el que exploramos un mundo y vamos peleando con enemigos y abriendo puertas y encontrando tesoros. Podemos volar, así que podemos llegar a casi todos los rincones. A veces me quedaba extasiada con la belleza de los paisajes, aunque a la larga se me hacía un poco pesado tener que estar todo el tiempo peleando contra monstruos y recogiendo tesoros. De vez en cuando te encuentras con algún puzzle que tienes que resolver para seguir tu camino, lo que le da un poco más de chicha al juego (aunque todos los puzzles son similares, tienes que utilizar la luz de Ignículus para abrirlos). Ignículus se merece una mención aparte, ya que es un compañero que te permite curarte, recoger bolitas de vida, iluminar pasajes oscuros, asustar a bichos e incluso abrir cofres. De hecho, hay cofres hechos especialmente para él en todas las pantallas, existe la posibilidad de jugar con otra persona que controle a Igniculus y por eso tiene tantas acciones. Igual que la manera de recoger las bolitas que desprenden los "brillos", le añade una pequeña dificultad al juego.
De todos modos, en general el juego resulta fácil de jugar. En 18 horas de juego, creo que he muerto tres veces. Y nunca me he quedado atascada y sin saber qué hacer. Sólo miré la guía al final, para resolver unas misiones secundarias que me habían quedado pendientes. Todos los compañeros del grupo ganan experiencia, aunque no hayan salido a pelear, por lo que suben de nivel rápidamente y aprenden nuevas habilidades; y como tienes una gran cantidad de compañeros, con distintas habilidades, puedes irlos rotando según el enemigo contra el que pelees. Al principio me costó un poco acostumbrarme al sistema de batalla por turnos (eliges qué acción quieres hacer y tienes que esperar a recorrer la línea de tiempo para realizarla), pero luego le acabé cogiendo el tranquillo.
Arriba: sistema de batalla por turnos. Abajo: árbol de habilidades de un personaje
Para mí, el Child of Light es un juego de disfrute sensorial, más que intelectual. Está hecho para perderse en sus acuarelas, en sus versos y en sus melodías de piano. Para disfrutar de los elementos típicos de los juegos de rol: subir niveles, conseguir habilidades y objetos nuevos, matar bichos feos, resolver puzzles, hacer misiones... quizá no sea el favorito de todos, pero si os gustan los cuentos de hadas, os gustará. A mí me ha parecido precioso, sobre todo por la estética, que sirve perfectamente a la idea del juego y te lleva de vuelta a la infancia, haciéndote sentir inmerso en un cuento de hadas.
Creo que me he dejado algunos detalles de menor importancia, pero así os lleváis una sorpresa cuando lo juguéis. Lo podéis adquirir en formato digital por 15€ a través de Uplay. Vale la pena.