Lo que me gusta a mí no tiene por qué gustar a los demás, pero voy a daros algunas razones para ver este Yuri on Ice:
- La música y la imagen son preciosas
- Te hace ver el patinaje sobre hielo de una manera distinta
- Muestra el homoerotismo de una manera sutil, madura y tierna
- Pero sobre todo, por el crecimiento de sus personajes y las relaciones que establecen entre ellos.
Eso es lo que más destacaría de su historia. Los protagonistas son Yuri, un patinador japonés, y Viktor, un patinador ruso. Ambos están en un punto de inflexión de su carrera, aunque en sentidos opuestos: Yuri está en una espiral negativa de fracasos y se plantea dejar el patinaje de competición, mientras que Viktor ha ganado tantas competiciones mundiales que ya no encuentra la motivación para seguir patinando. Yuri siempre ha admirado a Viktor desde que era pequeño, y cuando vuelve a su ciudad natal, intenta recuperar la ilusión por el patinaje realizando una coreografía de Viktor. El vídeo de su actuación se hace viral y llega hasta el propio Viktor, quien deja su carrera como competidor para hacerse entrenador de Yuri y llevarle hasta la medalla de oro mundial.
Y hasta aquí puedo leer... lo que sigue, una escalada de retos, superación, amor y muchas emociones sobre la pista de hielo, lo tendréis que descubrir por vuestros propios ojos.
A continuación, voy a hacer un análisis de la serie; pero recomiendo que no lo leáis si aún no la habéis visto, porque voy a hacer varios spoilers y a desvelar todo el guión.