31 diciembre 2015

Life is Strange: completo

Para los que ya habéis jugado Life is Strange, voy a hacer algunos comentarios sobre este magnífica aventura gráfica que con que nos hemos adentrado en los misterios de los viajes en el tiempo.

¡Ojo! si no lo has jugado, no intentes viajar al futuro leyéndote esta entrada de pe a pa: te vas a enterar de todos los secretos de guión y jugarás con ventaja, pero te vas a perder la sensación de sorpresa maravillosa que te brinda el juego, cuyo guión es genial y se supera capítulo a capítulo. ¡Mejor que vivas el presente y te lo compres (o piratees) ya!


29 diciembre 2015

Life is Strange: presentación

Hoy os traigo la reseña de un videojuego realmente delicioso y de calidad: Life is Strange. Antes de empezar, os sugiero que os pongáis esta música de fondo para ir creando ambiente...



Imaginaos que sois una joven estudiante de instituto que un día descubre que tiene el poder de retroceder en el tiempo. Con esta premisa, Dontnod Entertainment y Square Enix han creado una aventura gráfica que nos transporta a una pequeña ciudad del noroeste americano, Arcadia Bay, y a la vida de los chicos de instituto. Max, la protagonista del juego, ha vuelto a la ciudad después de estar estudiando fuera unos años y va a la academia Blackwell para estudiar fotografía. Al principio todo parece normal, la vida cotidiana, los profesores, los compañeros de clase, los atardeceres; pero en cuanto Max descubre que puede rebobinar el tiempo, todo empieza a volverse muy turbio y empiezan a peligrar las vidas de los que le rodean.

El juego está encaminado a resolver un misterio y nos toca hacer de detectives para encontrar a una chica desaparecida y descubrir quién pudo ser su captor de entre todos los sospechosos, para ello usaremos los poderes especiales de Max. En nuestra aventura tendremos aliados, como Warren, el friki de clase, y Kate, la chica cristiana que sufre acoso escolar; y también enemigos, como Victoria y Nathan, los guays del instituto. En el centro de todo estará Chloe, nuestra mejor amiga, una chica carismática y rebelde que nos meterá en un montón de líos mientras nos adentra en los misterios de Arcadia Bay.


Jugando a ser detectives


Otro de los elementos importantes del juego es que está basado en las elecciones que toma el jugador. Constantemente hay que tomar decisiones que afectan al desarrollo de la historia y que pueden costarle la vida a los personajes que rodean a Max. En muchos casos, podemos rebobinar para ver qué es lo que pasa si elegimos la otra opción, y entonces decantarnos por una u otra. Pero hay decisiones que no tienen vuelta atrás. Con esta mecánica, hacemos que Max se parezca cada vez más a nosotros mismos y nos acabamos identificando mucho con ella. El juego tiene distintos finales según las elecciones que se hayan tomado y hace que la experiencia de cada jugador sea distinta.

Los últimos juegos que jugué antes de este eran de saltar por el mundo e ir matando bichos. Sin embargo, aquí no hay que usar la fuerza, sino la inteligencia: hay que colarse en despachos, cotillear documentos, sonsacar información, resolver puzzles mediante el control del tiempo, y hay que jugar muy bien las bazas que uno tiene. Y apoyar a ciertos personajes... y cargar con las consecuencias, incluso estar dispuestos a infringir nuestro propio sentido del Bien y del Mal por amor.

El juego también tensa la cuerda emocional constantemente, poniendo a Max en situaciones límite y haciéndole sacar una parte de su personalidad que estaba oculta. Comienza siendo una chica tímida sin mucha fe en si misma y a través de los desfíos del juego tendrá que desarrollar su coraje y sus habilidades interpersonales.

Sin embargo, lo que al principio parecía un juego de niños se irá volviendo cada vez más turbio, con el avance de los capítulos todos empezarán a ser sospechosos. Max empieza a perder el control de sus viajes en el tiempo y de las consecuencias que pueden tener, empieza a haber realidades paralelas y Arcadia Bay empieza a colapsar sobre sí misma.


Max tiene que hacer lo imposible por proteger a sus seres queridos

No quiero destriparos más el juego. Si lo que he escrito hasta aquí os suena bien, esperad a ver los vídeos que se pueden encontrar en Youtube de gente que lo juega (buscando Life is Strange gameplay). La estética es preciosa, bastante realista pero a la vez inocente, y crea unos ambientes entrañables. Recuerdo con especial cariño la habitación de Chloe y la luz de atardecer que entraba por la ventana e iluminaba las motas de polvo. El diseño de personajes está muy bien, te sorprende lo profundos que pueden llegar a ser, y la escenografía está aún mejor. Creo que no se necesita un ordenador especialmente potente para jugarlo, mi portátil tiene seis años y sólo tuve que bajar un poco la calidad del vídeo para que no me fuera a trompicones. Otro de los puntos fuertes es la música del juego, la banda sonora suena a música indie y a punteos de guitarra, con algunos cantautores rockeros y para los viajes en el tiempo, música más experimental y aérea. Muchos de los temas han sido compuestos por el grupo francés Syd Matters.


El juego tiene atmósferas muy cuidadas, como la que hay en la habitación de Chloe (sentada a la derecha) cuando se reencuentra con Max (izquierda) después de cinco años sin verse.


Se me olvidaba, el juego está en inglés y tiene subtítulos, puede ser un poco complicado para los que no dominéis el idioma (tiene un lenguaje coloquial); pero de momento creo que no se va a traducir a otros idiomas. ¿Cómo conseguirlo? Yo lo he jugado en Steam, en el ordenador, pero también está para Playstation y XBox. En Steam me costó 20€... y os lo digo sinceramente, merece mucho la pena gastarse ese dinero para vivir la experiencia del juego. De hecho, con todo el equipo que tiene detrás, me parece increíble que no pidan más por él... son cinco episodios y cada uno dura entre dos y tres horas, dependiendo de cuánto te guste enredar y cotillear. Puede ser un buen (auto)regalo de Navidades, pero absténganse los que estén de exámenes, porque engancha.

No suelo jugar a videojuegos; de hecho, creía que para mí habían quedado en una cosa de la adolescencia. Pero Life is Strange me ha recordado que un videojuego no es sólo entretenimiento, sino que puede ser una experiencia en todos los sentidos, tan enriquecedora como otros tipos de cultura, que te transporta a otros mundos y que deja una huella en ti.




Si habéis jugado el juego, he escrito una reseña sobre el juego completo, con los spoilers. ¡Absténganse de leerlo los que los quieran jugar!

25 diciembre 2015

Donde duermen los libros

En esta ocasión voy a hablaros de un amigo que se está muriendo: se trata de la librería Multilibro. Su dueño, Ángel, después de muchos años comprando y vendiendo libros de segunda mano, se ve obligado a cerrar el negocio porque se le acaba el contrato con el propietario del local. Me da mucha pena que vaya a cerrar, porque soy asidua de la librería desde que vivo en Madrid... y quería compartir con vosotros este rincón tan especial donde duermen los libros.




¿Cómo os podría describir esta librería tan singular? Llama al visitante con una mesa en la calle atestada de libros baratos. Al entrar, desde el suelo de parquet hasta las estanterías blancas, todo lo inundan los libros: libros en el suelo, desparramados y en forma de torre, rodeando la mesa del librero, parecen una colonia de champiñones. Son los libros sin catalogar que esperan su turno para ser revisados por Ángel, el dueño de la librería. La primera vez que entré, hace ya cinco años, me encantó el aire desordenado pero acogedor de este sitio, y me llamó la atención que siempre había buena música clásica de fondo. Empecé a conocer a Ángel, que sabe un montón de música, y con el que se puede charlar de todo (le acababa contando mi vida cada vez que iba). Siempre pensaba que me iba a encontrar a alguien interesante, y nos íbamos a enamorar e íbamos a salir del brazo de la librería... pero eso nunca pasó, y acababa yéndome con un libro bajo el brazo, que tampoco está mal.

Ahora que lo pienso, la mitad de mi colección de libros de Madrid ha salido de las estanterías de este sitio. Tiene tantas cosas, y tan baratas (por lo general, un libro te vale entre 1 y 5 €, a no ser que sea de coleccionista); que siempre que entraba acababa llevándome algo. Aquí es donde compré, por ejemplo, El arte de amar y El arte de escuchar, de Erich Fromm; y con ellos descubrí el encanto de los libros subrayados y anotados por otros. También husmeé largamente las secciones de cómic y revistas viejas... así es como conseguí unos números viejos de Ranma 1/2 de la primera vez que se publicaron en España, en formato grande; además de un manga erótico buenísimo, súper gracioso y ochentero, llamado Ogenki Clinic, que hizo las delicias de mis amigos. También me gustaban las revistas viejas... (de la época de Franco e incluso anteriores), y llegué a encontrar tebeos de cuando mis padres eran pequeños. La sección de Filosofía y de Literatura Clásica no se libraba de ser revisada, aunque he de decir que no me leía todo lo que compraba, y en mi mesa se iban apilando los libros a imagen y semejanza de la librería de la que habían venido. Otra de las adquisiciones sonadas es un libro del que tengo que colgar un resumen algún día: The HOMO handbook, un manual de Judy Carter para salir del armario. ¡Estaba pidiendo a gritos que lo sacaran de esa estantería! Por último, siempre me arrepentiré de no haber comprado aquella novela libertina tan rara llamada Las once mil vergas, de Apollinaire. Volví al cabo de dos semanas dispuesta a entregarme a la tentación y ¡zas!¡ya no estaba! alguien más pervertido que yo se me había adelantado.

Libros llenos de polvo, libros garabateados, libros del año de Maricastaña, libros que esconden secretos... libros que llevan la huella del tiempo en sus páginas y en el lomo y que esperan, dormidos, que alguien los devuelva a la vida leyéndolos. Quizá por eso hay un aire de "sueño" ahí dentro. Una vez entras, te atrapa y es difícil que un libro no acabe llamando tu atención... me gusta tanto que en  2014 grabé un corto en esta librería: se llama Metrópolis y lo realicé con Nayla Novotny.



Fotograma de Metrópolis, rodada en la librería Multilibro. Para ver el corto visita mi Canal de Youtube.

Así que esta es mi esquela para mi librería de segunda mano favorita de Madrid. ¿Qué digo esquela?... ¡elogio! Todavía no ha cerrado. Iba a cerrar el 31 de diciembre, pero hace un par de días me pasé a despedirme del dueño y me insinuó que tal vez podría estirar unos días de enero. Así que aún estáis a tiempo de pasaros a conocer este sitio tan lleno de encanto antes de que cierre. Quién sabe, quizá podéis encontrar un regalo para las Navidades... yo os digo que hay libros para todos los gustos. Y baratos. Y, si no encontráis lo que buscáis, podéis preguntarle a Ángel, que es muy simpático.

¡Casi se me olvida dar la dirección! Fernando el Católico, 69. Muy cerca del Intercambiador de Moncloa y de los bajos de Argüelles. ¡De verdad, merece la pena visitarla!

27 septiembre 2015

ESTAMPA 2015



Un año más, me he colado en Estampa para ver qué se mueve en el mercado del arte actual. De entrada diré que no me gustan especialmente las ferias de arte, me hacen sentir incómoda, todo es tan frío y las obras están tan igualadas entre sí que son meros fetiches. Pero siempre encuentro inspiración. Entre muchas obras malas suele haber alguna buena.

18 agosto 2015

Inocencia en venta: el concepto de kawaii japonés

Últimamente no estoy publicando nada, y es que el trabajo de fin de máster me está absorbiendo todo el verano. Se trata de mi cómic Otoño y de una investigación teórica sobre las representaciones de la inocencia. Podéis ver los progresos en mi otro blog Otoño dedicado al proyecto. Quería colgar aquí un artículo que he escrito en la línea de la investigación, como anexo especial sobre la estética de la inocencia en Japón. En él podéis encontrar algunas claves sobre la cultura kawaii, el fenómeno idol, referencias al manga y al anime, al cine de animación japonés y al arte de Takashi Murakami.





Otoño. Kawaii idol: la estética de la inocencia un recorrido por diversas manifestaciones de la estética kawaii en Japón. Otoño es el blog de mi proyecto de cómic "Otoño" y de mi trabajo de fin de máster "Inocencia en venta. Representaciones de la inocencia".





03 junio 2015

Bosque de vidrio. Proyecto con Arduino.




Quería presentaros un proyecto que he hecho para dos asignaturas del máster, Entornos Interactivos y Arte Público. La primera trataba sobre programación; la segunda, sobre arquitectura, escultura, y diseño de muebles. He fusionado ambas para hacer esta obra llamada Bosque de vidrio.

12 mayo 2015

Manifiesto contra la velocidad

 Madrid, la ciudad del eterno tránsito
movimiento
velocidad



Como el conejo de Alicia, somos esclavos del reloj y vamos corriendo a todas partes. Corremos por encima del agua, como los hijos de dios, pero estamos con el agua al cuello; corremos para huir de la sombra que nos persigue a todas partes, el yo que no vemos, pero que se sienta a beber a nuestro lado cuando nos sentimos vacíos.

¿Vacíos de qué? No sabría decirle: mi mente está vacía; aunque por ella pasan diariamente millares de quehaceres, conversaciones, sonrisas... pero ninguna se queda, se marchan sin dejar rastro, o quizá soy yo la que se va, pues estoy yendo continuamente de un lado para otro, siempre corriendo, con la mente en otra parte, incapaz de parar...

En mi histeria de movimientos tengo la falsa sensación de que todo va bien, o por lo menos va; ha de ser un amigo el que me ponga delante del espejo y me diga: "mírate bien: ya no tienes ilusión". Y, por mucho que odie reconocerlo, acepte que mis manos nunca han sido tan capaces y nunca se han sentido tan inútiles... ni mi pecho tan angustiado, mi corazón tan pesado ni mi cerebro tan asolado, expropiado, y descuidado... Sí... creo que mi "cuarto de atrás" ha sido invadido... como mi tiempo... mi tiempo y mi espacio se me han escapado como arena entre los dedos. Me los han quitado de las manos, los han llenado de cosas -tareas, compromisos, palabras- y no sé qué hacer con el poco espacio que queda. Ni siquiera puedo sentarme a pensar.

Por lo menos me queda esta libreta, que voy manchando con la tinta de mi angustia y mis sueños, en momentos robados al movimiento del mundo, instantáneas de luz que yo dejaba anotadas en la lista de "cosas para pensar". Y ahora he de dejarla para sumirme de nuevo en el frenesí de vivir muriendo, hundiéndome cada vez más en la sombra, alejándome de mí misma y convirtiéndome en el monstruo  que no veo en el espejo, sino reflejado en los demás... o como lo llaman comúnmente... en un ser adulto.




La acidia


La acidia es la expresión última de la desgana, saluda con una sonrisa forzada, automática, ríe con una risa prestada, se inyecta café en las venas... la acidia ha perdido el sentido de las cosas, es incapaz de disfrutar, de estarse quieta por un momento y vivir el presente, se siente eternamente fuera de las situaciones, es una cosa más muerta que viva, se está convirtiendo en un autómata; incapaz, como decía de disfrutar de lo inmaterial, uno de los pocos consuelos que le quedan es el placer de lo material. La acidia disfruta íntimamente con los objetos, como si los engullera, compra objetos siempre que puede, aunque no los necesite, entonces, ¿para qué? Quizá se ha rebajado hasta tal punto en la escala de lo humano que siente a los objetos como sus semejantes, dicho de otro modo, quizá está tan anestesiada por el sueño materialista que cree que los objetos están más vivos que ella.

¿Cómo empezó la acidia a desconectar de la experiencia real? Fue precisamente gracias a la capacidad de estar "siempre conectada": un aparatito en su bolsillo le avisaba instantáneamente de todo lo que estaba sucediendo en el mundo. ¿En qué punto sus ojos juraron fidelidad a la pantalla y su boca esclavitud a los mensajes de texto? ¿En qué momento sus dedos, adictos a la pantalla táctil, se volvieron insensibles a las caricias del mundo real? En algún momento el corazón se acostumbró a la distancia, cambió comunicación por telecomunicación y está actualizando a su última versión las definiciones de confiar, compartir, amar.




Huelga espiritual


Todas mis facetas, todas mis yos, se han reunido esta noche en mi cama para firmar este manifiesto. Nos declaramos en huelga espiritual, de hoy en adelante y de forma indefinida, hasta que recobremos el sentido de nuestro devenir. Vamos a ralentizar nuestro ritmo de vida, a permitirnos momentos de desconexión, a sacar a la persona que llevamos dentro del autómata, detrás de la máscara; y a buscarla detrás de las máscaras de los demás.

Reclamamos para nosotras el derecho a atrincherarnos, nuestro cuarto de atrás, un espacio-tiempo para la intimidad. Necesitamos construir una trinchera interior -una barrera permeable, necesaria- para separarnos del flujo de datos y personas, para construir dentro de esa trinchera un remanso donde pueda existir algo parecido a un yo.

Una vez tengamos este espacio-tiempo, esta sede del yo, seremos capaces de elaborar de nuevo fantásticas ideas, proyectos, de ampliar nuestra biblioteca, y de lidiar con la escuela, el supermercado, los hobbys y las situaciones sociales. Viviremos en una celebración continua -una fiesta interior... Fuera de la trinchera, el cambio quizá sea imperceptible -nuestra sede es invisible- pero necesitamos organizarnos, necesitamos crear nuestra propia subjetividad... como base desde la que buscar la autorrealización... y no nos vamos a mover hasta conseguirlo.

Nos declaramos, según lo dicho, en huelga espiritual.

Firmado:

todas las Sonias


12 febrero 2015

De mayor, yo quiero ser como Annette Messager

Annette Messager es una artista francesa nacida en 1943. Es conocida por sus instalaciones con peluches y animales disecados. Ha expuesto en el Pompidou y el MOMA, entre otros, y en 2005 se llevó el León de Oro de la Bienal de Venecia. A los que el nombre no os sea familiar, tal vez os suene el de su marido, Christian Boltanski.



Annette Messager en sus años mozos


Desde la primera imagen, me sentí muy cercana a esta artista. Tenemos intereses en común: el objeto encontrado, los peluches, los tejidos como la lana y la malla; la identidad, la infancia, la fantasía, el erotismo, el surrealismo... Una de sus obras más conocidas, Mes Pensionnaires de 1971, consiste en una serie de gorriones disecados vestidos con jerséys de lana en una vitrina. Decidme si no puede haber una cosa más tierna y siniestra al mismo tiempo.



Mes Pensionnaires, El descanso de los pensionistas, 1971-1972


Aunque ella no se declare feminista, a lo largo de su obra aparecen muchas imágenes y lemas reivindicativos de la posición de inferioridad en la que se encontraba por ser mujer, y ella misma juega con su identidad y los estereotipos de género, como en los álbumes en los que recopila fotografías de bodas y parejas de famosos de los periódicos y se incluye a sí misma en el titular o escribiendo comentarios debajo. Diría que lleva el feminismo por dentro, en su vida cotidiana. En ese sentido, esta es una de mis fotografías preferidas de la época en que le dio por hacer body painting:



La femme homme. 1975


Como podéis ir viendo, no es una artista que se haya limitado a un solo lenguaje plástico, sino que se ha movido entre el dibujo, la fotografía, la pintura, la escultura y la instalación. También se ha ido creando distintas identidades, que personifican sus distintos impulsos artísticos: Annette Messager artista, Annette Messager coleccionista, Annette Messager mujer práctica, Annette Messager trucadora y Annette Messager traficante. No se corta a la hora de ponerse a sí misma y a su vida como tema de su obra. Entiendo que es una forma de construirse y de comprenderse a sí misma. Creo que lo que más me gusta de su obra es la capacidad que tiene de generar instalaciones interesantísimas con objetos muy normales, como peluches o fotos. Los cuelga, los empala, los tira por el suelo, los ata, los agrupa en la pared formando siluetas... desde luego, tiene montajes muy originales. Si queréis ver algo espectacular, os recomiendo que busquéis algún vídeo de Casino, la que montó para la bienal de Venecia. Está inspirada en Pinocho, y es una cosa cinética y escenográfica muy impresionante. 











Todo esto lo hace ella, es una manitas...


En el título digo que de mayor me gustaría ser como ella; pero miento, creo que yo toco más palos y eso es muy importante en mi investigación artística, la multidisciplinariedad (esa palabra existe?). Pero sí que la admiro y me siento identificada con ella respecto a su mundo interior. Annette Messager ha trabajado con un sinfín de objetos y materiales, pero los gestos y actitudes que se repiten de un proyecto a otro nos hablan de una sensibilidad muy especial, mujer, niña, pensadora, poetisa... 
No sé si me explico. Para que os quede más claro, voy a terminar con una cita que he encontrado en la Wikipedia que me ha gustado mucho y resume todo esto que hablaba del mundo interior y la poesía de los objetos... y que me da pie a emprender el vuelo y comenzar mi propia investigación.

Mediante el uso de las prácticas modestas próximas al Art Brut , los llamados artes primeros (los talismanes cotidianos), la artesanía, el arte de las tareas diarias (los talismanes cotidianos)o las producciones de la infancia (la práctica recurrente del día) Messager quiere saber en qué momento una creación pertenece al reino del arte.










31 enero 2015

Historias del efecto mariposa

El efecto mariposa es una película construida en torno a la idea de que un pequeño cambio en la vida de una persona puede transformar profundamente la totalidad de su futuro. El protagonista, Evan, puede viajar al pasado y cambiar momentos cruciales de su vida. Cuando vuelve al presente, nunca vuelve a la misma vida, siempre es una persona distinta, y las consecuencias de su acción en el pasado se vuelven incontrolables y catastróficas.

Nota: si no habéis visto la película y no queréis spoilearos demasiado, id directamente a la sección reflexiva titulada "Estrategias de la identidad".


El efecto mariposa (Eric Bress, J. Mackye Gruber, 2004)


Al principio de la historia, se nos muestra al protagonista de joven, como un niño raro, que tiene pequeñas crisis de amnesia en momentos de gran tensión. Su padre está internado en un psiquiátrico y su madre intenta criarlo con normalidad a pesar de su extraña anomalía. Vemos cómo crece en un ambiente más o menos hostil: en un barrio residencial de clase media, junto a sus amigos, afrontando la violencia, las drogas, los abusos sexuales, etc. Escribe en un diario los sucesos más importantes, especialmente aquellos en los que pierde la memoria.



Cuando las compañías y los sucesos del barrio se tornan demasiado retorcidos, se muda con su madre y cambia de vida, crece, estudia Psicología en la universidad, comparte piso con un gótico y es un chico atractivo, sensible y divertido; bastante normalito, si no tenemos en cuenta su extraña enfermedad. En estos años, desde que se mudó, no ha vuelto a tener crisis de amnesia. Su curiosidad por saber quién es y qué le ocurre le empuja a reencontrarse con una de sus amigas de la infancia, la chica que le gustaba, llamada Kayleigh. Le perdió la pista cuando se mudó de casa y ella ahora trabaja en una cafetería al pie de la carretera. Evan intenta sonsacarle qué ocurrió en una de sus crisis, cuando el padre de la chica intentaba grabar con ellos una película de pornografía infantil, pero sólo consigue que ella se enfade y se niegue a contarle nada. Esa misma noche, la chica se suicida.

Evan revisa sus diarios y lee lo que escribió ese día fatídico. Vemos cómo las letras empiezan a bailar sobre las líneas del cuaderno y todo el escenario a su alrededor se vuelve borroso. Evan viaja al pasado, al momento exacto en el que el padre los estaba grabando a él y a la chica. Pero conserva su mentalidad de adulto, y detiene al padre amenazándole con el trauma que supondrá para la niña y el mal futuro que les aguarda a todos.



De este modo, cambia el pasado, pero al volver, ya no existe su vida anterior. Despierta en una habitación de ensueño, con un peinado distinto, al lado de su amor de la infancia. Vemos pasar en una sucesión borrosa los nuevos recuerdos de esa vida: cómo crecen juntos, cómo se gradúan, cómo van a la universidad. Evan ya no es un tío normal, que comparte piso con el gótico y tiene una prometedora carrera de psicólogo por delante; sino que ahora es un pijo redomado, vive en una prestigiosa residencia de estudiantes, y no aparece mucho por clase. Conserva su conciencia de la anterior vida, y mira estupefacto a lo que ha llegado en ésta: su relación de varios años con la chica, su ropa pija, su estatus social de “popular”. Más tarde, al volver de una cena con Kayleigh, se encuentran al hermano de ésta, que acaba de salir de la cárcel. Tommy, que de pequeño odiaba que Evan saliera con su hermana; en esta vida es un delincuente y quiere vengarse. Descubrimos que la advertencia que le hizo al padre cuando viajó al pasado, “deja en paz a tu hija y disciplina a tu hijo”, ha convertido al hermano en un psicópata. El hermano se abalanza sobre Evan y éste se defiende y lo tumba en el suelo. De pronto, le llega un arrebato y mata al hermano a golpes.




Y así es como acaba en la cárcel. Evan está convencido de que tiene que poder arreglarlo con otro viaje al pasado. Consigue que le envíen sus diarios y vuelve al momento en el que el hermano, preso de celos, intentó quemar al perro de Evan. En ese momento estaba con ellos su otro amigo, Lenny, con el que siempre se metía Tommy. Evan le da un trozo de chatarra cortante a Lenny para que rompa el saco en el que está metido el perro y se encaminan al encuentro del hermano. Como hizo con el padre de éste, detiene la barbaridad advirtiéndole sobre el mal futuro que le espera. Lo que Evan no espera es que Lenny utilice la chatarra para matar al hermano. Y así termina el flashback.

Vuelta al futuro, vemos que Evan se ha mudado igualmente con la madre y comparte piso con el gótico. Hay sutiles diferencias, como que el piso está colocado al revés, y otras más catastróficas: Lenny ha sido internado en un psiquiátrico y Kayleigh es drogadicta y se dedica a la prostitución. Evan busca consejo en su padre, y viaja al pasado al día que fue a visitarlo al manicomio. Descubre que su padre tenía el mismo extraño poder de viajar al pasado. Éste le advierte que está jugando a ser Dios y que terminará loco, como él; y para que no empeore la vida de los demás, intenta asfixiarlo. De vuelta al presente, Evan busca a Kayleigh. Le intenta explicar que puede viajar a los “huecos” de su memoria y cambiar el futuro. Le promete que va a salvarla. Ella, muy escéptica, lo reta a impedir que muera su hermano o que explote el buzón que mató a la vecina.




Y Evan vuelve a viajar al pasado dispuesto a crear un futuro que sea bueno para todos.

Esta vez viaja al momento en el que, auspiciados por Tommy, pusieron un cartucho de dinamita en el buzón de la vecina. En el momento en el que va a estallar, la vecina sale de casa con su bebé y pasa al lado del buzón. Evan corre hacia ellos diciéndoles que se aparten, y Tommy empuja a la señora y la salva. La dinamita estalla y Evan pierde el conocimiento.

Despierta en una nueva vida totalmente distinta. A causa del accidente, ha perdido los brazos y la movilidad en las piernas; Tommy se ha metido a una hermandad religiosa de la universidad y ahora es un santo, y Kayleigh está saliendo con Lenny. Todos son felices, menos Evan. Y, por si fuera poco, su madre está enferma del pulmón y a punto de morir. Esta es la peor vida que le podía tocar. Intenta recuperar a la chica, pero ella está enamorada del amigo gordo: las cosas han resultado así. Ewan intenta suicidarse. Por suerte no lo consigue, y vuelve al pasado una vez más.




De nuevo, al momento en el que el padre de Kayleigh intentaba grabar una película pornográfica. Evan enciende el cartucho de dinamita, que tenía el padre en el sótano, y lo amenaza para que les deje en paz. Pero el padre se lo tira y lo recoge Kayleigh, justo cuando va a estallar.

Evan despierta en la celda de un psiquiátrico. Efectivamente, han terminado tomándolo por loco. Los psicólogos conocen sus historias de viajes al pasado y le dicen que todo son invenciones suyas para superar la muerte de Kayleigh, y que los diarios no existen. Parece que ha llegado a un callejón sin salida. Evan intenta un último viaje al pasado a través de un vídeo familiar de una fiesta de cumpleaños, el momento en el que conoció Kayleigh. Se acerca a ella y la amenaza con matarla a ella y a su familia. Es el único modo que tiene de salvarla: alejarla de su vida.


Vuelve al presente y está compartiendo piso con Lenny. Los dos son brillantes estudiantes y les va bastante bien. Y nadie sabe nada de Kayleigh. Con su amigo Lenny, Evan quema los diarios, para impedir que se rompa el frágil equilibrio que ha conseguido alcanzar. La última escena de la película nos muestra a un Evan maduro, con pinta de eminente psicólogo, caminando por la calle y cruzándose de pronto con Kayleigh, a la que parece que también le ha ido bien en la vida. Evan la reconoce, pero pasa de largo, e intuimos que está pensando que, de todas las vidas posibles que podía haber tenido, ésta es la mejor para todos.




Estrategias de la identidad


Las películas de viajes en el tiempo suelen estar llenas de paradojas y guiños. Evan no puede predecir todas las consecuencias que tendrán sus decisiones sobre la vida de él y de los que le rodean. Y termina por volverse loco. Los guionistas de la película juegan con la vida de los personajes como si de muñecos en un tablero se tratara. Determinados hechos del pasado hacen que vayan de aquí para allá y sean más o menos felices en su vida.

Lo que me interesa destacar de esta película sobre viajes en el tiempo es la escala milimétrica a la que se construye la identidad de Evan en cada una de sus vidas posibles. Desde el aspecto físico hasta el psicológico, vemos las posibilidades de desarrollo del niño. En la primera vida, como he dicho antes, es un chico bastante normalito, buena persona, un poco rarito, y que quiere descubrir quién es. El público se identifica fácilmente con él y se engancha a la trama para el resto de la película.

En la segunda vida, es un pijo, trata con superioridad a los que considera débiles, y, anecdóticamente, es menos habilidoso en el amor (su novia le pregunta, después del sexo: “¿dónde has aprendido esos trucos?”). En un momento dado, se espera de él que participe en las novatadas que se hacen a los nuevos. Evan se encuentra delante de una fila de novatos a los que se supone que tiene que humillar; sin saber cómo, y de pronto le da un arrebato y se pone a hablarles en plan autoritario, de un modo que el viejo Evan habría sido incapaz. Su nuevo yo se ha apoderado de él en el momento. Es el mismo que le hace matar al hermano, a Tommy, cuando éste los ataca.

La cuarta vida es para él muy similar a la primera, mismo aspecto, mismo compañero de piso gótico; lo que más impresiona es el cambio que da Kayleigh, que de la dulce niña, la guapa animadora y la camarera triste, pasa a prostituta drogadicta con una cicatriz en la mejilla.

En la tercera vida Evan pasa de lo más alto a lo más bajo. Su aspecto es ahora más desaliñado, más torpe al hablar, va en silla de ruedas y tiene la autoestima por los suelos. Por su estatus de inválido, es menospreciado por sus compañeros de universidad y su amada Kayleigh, que está saliendo con su mejor amigo, lo ve como una persona dependiente, un discapacitado, no apto para el amor. Además, del disgusto, le ha provocado una enfermedad crónica a su madre. La pérdida del amor, la pérdida de poder y la culpa le llevan al intento de suicidio.

Nuestra última visión de Evan es de un interno en un psiquiátrico. Lo vemos comportarse con agresividad y paranoia, ahora lleva el pelo más largo y asalvajado y tiene un auténtico aspecto de demente.

En la sucesión de sus vidas posibles, vemos como Ewan evoluciona hacia un ser nietzscheano. En cierto modo, juega a ser Dios con su destino y con el de los que le rodean, está por encima del Bien y del Mal, y no le importa amenazar, extorsionar, o atacar a los demás con tal de conseguir sus fines. Nos choca, sobre todo, verle actuar con la violencia de un adulto en su cuerpo de niño, cuando viaja al pasado. Aunque sus motivaciones no dejan de ser honestas: que él y que sus seres queridos tengan la mejor vida posible. Pero no hay ninguna vida que sea perfecta. Parece que el destino fuera una balanza que se equilibra inevitablemente: cuando él consigue a la chica que quiere, el hermano termina mal; cuando evita que el hermano mate al perro, el hermano muere, la chica termina de prostituta y el amigo, internado en un psiquiátrico. Cuando consigue que a todos les vaya estupendamente bien, le toca quedarse sin brazos y sin piernas, confinado a una vida de dependencia. Parece que, al final, el precio que tiene que pagar por que todos estén lo mejor posible es renunciar a la mujer de su vida.









Esta retahíla de imágenes es con lo que me quedo de esta película. Lo que más me gustó fue la variedad de identidades que se iban creando sobre la misma base de personaje en función de los cambios de guión. Es un trabajo duro y complejo, construir a un personaje, su imagen y su autoimagen, sus gustos, su modo de andar y gesticular, su modo de querer. Para construir cada una de estas identidades, los guionistas han tenido que tener en cuenta el contexto en el que vive y las relaciones personales que mantiene. Todos estos factores condicionan enormemente nuestra identidad, que no es un bloque sólido, sino más bien algo líquido.

Cuando me pongo a reflexionar sobre mi propia biografía y pienso en la cantidad de decisiones y casualidades que me han llevado hasta donde estoy ahora, me doy cuenta de lo frágil que es todo. Y a veces veo a gente que se me parece por la calle y no puedo evitar imaginarme si acaso serán otras versiones de mí que han tomado distintas decisiones ante las cuestiones y retos que se me han planteado en la vida. Pero esta divagación me llevaría muy lejos, y tendré que dejarla para otra entrada que bien podría titularse "Las vidas posibles de Sonia Palacín Blasco".